Quizás sea la fase de lanzamiento, dentro del ciclo de vida que puede tener un producto en el mercado, la que adolezca aún de una perspectiva medioambiental decidida.

Cada vez se presta mayor atención a la urgencia de introducir este valor en las etapas de diseño (a través del ecodiseño), producción, logística y distribución, consumo, reutilización o gestión del residuo y su aprovechamiento. De hecho, el ecoBranding se encarga de que todo este ciclo se asiente sobre la base del respeto medioambiental y la consecución de los ODS y una economía circular. Sin embargo, aún existe un gran desconocimiento (y cierta lasitud) en lo que respecta a ese momento en que una marca lanza un producto al mercado.

Nos referimos, concretamente, a la estrategia comercial y de marketing de un producto nuevo para que este alcance el mayor número de ventas. Y en mayor medida, a todas esas acciones online inherentes a dicha estrategia, y de las cuales nos vamos a ocupar hoy.

Porque la publicidad y el marketing digital, también ha de ser sostenible y respetuosa con el medioambiente.

Sostenibilidad en la estrategia de marketing digital

Es posible desarrollar campañas y acciones que minimicen la huella de carbono de toda la cadena de valor que soporta un producto. Y es posible hacerlo más allá del packaging para reducir el consumo de materiales plásticos o para garantizar el envasado ético de alimentos. El marketing digital también puede ser sostenible.

Desde esta perspectiva, en Ideolab hemos diseñado una propuesta que adhiere la sensibilidad medioambiental a la fase de lanzamiento de un producto a través del marketing digital, una propuesta respetuosa y basada en el ecoBranding.

Esta se asienta sobre dos herramientas fundamentales:

  • El estimación y cálculo de la huella de carbono en la presencia digital de las marcas.

La presencia online de toda empresa tiene un enorme impacto. Su huella de carbono aumenta a medida que lo hacen las campañas en el canal digital. Así que, un primer paso para reducirla es medir el peso que estas tienen a través del cálculo de la huella de carbono, para después trabajar en estrategias que limiten su impacto sin renunciar a los objetivos perseguidos.

Algunas organizaciones se quedan sorprendidas de las cifras que arroja dicho cálculo. Y es que, tendemos a olvidar que la nube, ese ente que hoy en día usamos para todo, también consume recursos naturales, a menudo fósiles.

Por ejemplo, en un ecommerce puede limitar la huella de carbono al mejorar su eficiencia energética en la fase de creación, a través del código, que podemos minimizar, del diseño web y de los elementos técnicos que contenga la página. Se trataría de reducir su tamaño sin dar de lado la experiencia de usuario ni un atractivo diseño. Hay muchas cosas que se pueden hacer al respecto: desde jugar con la paleta cromática a optimizar los recursos gráficos, para obtener una página liviana con tiempos de carga óptimos.

También en la fase posterior podemos reducir la huella de carbono de una web corporativa, mediante la elección de alojamiento, la estrategia de posicionamiento (SEO) o la carga de contenidos.

Y, por último, es posible minimizar el impacto desde la fase de navegación, a través de una experiencia de compra o contratación que necesite el menor número de clics posible para reducir el consumo de energía mientras el usuario permanece en la web. Porque mientras más interactiva sea una web, más energía consumirá.

Según diversos estudios, una página emite hasta dos gramos de carbono por cada visita. Quizás para un sitio meramente informativo de una persona autónoma esta cantidad no tenga mucha importancia, pero ¿y para gigantes comerciales puramente online como Amazon? Se supone que la contaminación digital alcanza el 4 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, entre ordenadores, centros de datos, smartphones, etcétera, y todo apunta a que este porcentaje seguirá creciendo, al menos si no tomamos medidas.

  • El uso de Green cloud.

Servidores eficientes, hostings basados en energías renovables… El denominado Green cloud se hace un hueco necesario en un escenario digital cada vez más contaminante. Nunca antes habíamos consumido tantos contenidos ni tantos servicios online. De hecho, los grupos de expertos y expertas señalan que de aquí a dos años, el consumo de energía de los data center podría suponer el 6 % del total mundial, siendo aún exigua la que procede de fuentes renovables.

Algunas Administraciones públicas y empresas han comenzado a ponerse las pilas. Por ejemplo, la Estrategia Digital de Navarra para 2030 tiene entre sus objetivos convertir su CPD (centro de procesamiento de datos), ubicado en Beloso, en un Green cloud que reduca las emisiones de CO2 de sus servicios en la nube. Y ya son varias las alternativas que surgen en España para ofrecer a las marcas servidores verdes, que emplean energías limpias, y que recomendamos a quienes acuden de nosotros en busca de una huella digital mínima.

Las anteriores no son las únicas herramientas o estrategias que pueden emplearse en el camino hacia la sostenibilidad de la presencia digital de las marcas o de sus productos, pero sí quizás las más importantes de las que disponemos hoy en día en cuestión de eficacia, accesibilidad y economía de costes.

De hecho, puedes encontrar más información al respecto, sobre las posibilidades de reducir la huella de carbono de tu web, en The Green Web Foundation para la sostenibilidad digital.

En Ideloab siempre tenemos las puertas abiertas a todas aquellas empresas, sean pymes o grandes corporaciones, interesadas en asumir los retos del futuro, sin dilación y de manera óptima, para contribuir así a un sistema de producción y consumo viable. Así que, si este es tu proyecto de futuro, cuenta con nuestro equipo.